lunes, 20 de abril de 2009

Nunca Es Tarde Para Aprender

En este artículo periodístico, nos muestra el tipo de colectivo al que va dirigido la educación para adultos, es decir, para toda la población demandante mayor de edad o menor con empleo que le impida acudir con normalidad a las clases diurnas. En lo que se refiere a la educación reglada, suelen asistir a estos cursos son personas de adultez temprana, lo cual no lo hace muy diferente del sistema diurno, con excepciones claro está.
Como novedad se apunta en el documento la aparición para los grupos de adultos el bachillerato de adultos, pues con anterioridad los alumnos que obtenían el título de ESA, tenían que volver a los Institutos de Educación Secundaria. Que con excepciones solían ser diurnos. Llevado esto a mi caso personal, salí del instituto tras obtener el título de ESO, y tuve q volver al instituto en horario nocturno para poder estudiar bachillerato, aquí estudiaba en un ambiente distinto al diurno, pues había personas de muchas edades a diferencia del bachillerato corriente, pero lo que principalmente nos diferenciaba de ello, o al menos así opinaban los profesores, era el interés que mostrábamos, un mayor deseo de estudiar y ganas de superar esta fase para continuar evolucionando a nivel profesional y personal. En mi opinión cuando un joven de dieciséis años entra en bachillerato, puede verse desorientado y desmotivado por el ambiente, por la presión familiar e incluso por el equipo educativo y esto es algo que los adultos en mi opinión tienen a su favor.
Detalla el documento que suele hablarse del alto nivel de abandono y fracaso escolar que existe en nuestro sistema educativo, pero no prepondera que uno de cada tres jóvenes varios años después de su fracaso escolar, deciden volver por la vía de adultos para continuar con sus estudios y es donde la educación de adultos toma parte. Estos jóvenes que abandonan, se ven nublados por el ambiente que les rodea, o por el pesimismo que les invade por un auto-concepto erróneo, muchos deciden lanzarse al mundo laboral sin ninguna especialización, y tras intentarlo la inserción laboral, ven su sueño destruido y deciden volver a formarse. En este caso, veo reflejado vivencias propias, pues dejé bachillerato para hacer FP, y a pesar de haber seguido formándome y obtener un título y formación, cuando sales al mercado laboral te sientes pequeño e insignificante, donde hasta la cualificación de FP sabe a poco, por ello decidí continuar con mis estudios y volver a estudiar bachillerato. De este modo quiero reafirmar mi acuerdo con los nuevos cambios surgidos dentro de la educación de adultos, pues sin importar edad y situación personal, todos tenemos derecho a formarnos tanto de forma profesional como personal ya que “nunca es tarde para aprender”.

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